La apertura al trabajo privado en Cuba abrió una nueva página en la cultura laboral del país. Ante el desconocimiento y la desinformación de muchos hacia la nueva opción de empleo, la percepción social de la actividad por cuenta propia está cargada de mitos y prejuicios.
Sucede, en parte porque los seres humanos tendemos a estereotipar, como una manera de simplificar las cosas; pero sobre todo porque desde los años 60 se comenzó a desmantelar el sector privado, y aunque fue permitido en los años 90 y se han abierto nuevas posibilidades para emprender, permanece severamente limitado.
Pocos, durante estos más de 60 años, tuvieron licencia para trabajar por cuenta propia y muchos de quienes lo han hecho han permanecido en la ilegalidad, en varios casos debido al estrecho marco legal que aún regula el sector.
Así que cuando se liberan, en primera instancia, 175 modalidades de trabajo por cuenta propia y después algunas otras, es muy difícil cambiar de un momento a otro la mentalidad de aquellos que aún miran al TCP con recelo y ven en ello más una amenaza que una oportunidad.
- El trabajo privado es ilegal…
Entre los mitos más comunes en torno al trabajo por cuenta propia se encuentra el no estar amparados por la ley. En este sentido, el Estado ha redactado leyes, decretos, resoluciones y disposiciones jurídicas, a fin de impulsar el desarrollo de los negocios según sus características y funciones. No obstante, aún falta reconocer la figura del trabajador no estatal como pequeño empresario. Esto les posibilitaría ser titular de su negocio, tener personalidad jurídica con facultades para poder importar y exportar productos y servicios.
El trabajo por cuenta propia apegado a la legalidad es tan honesto como cualquier otro y no solo diversifica los servicios de la economía cubana, que quienes vivimos en esta isla sabemos cuán deprimidos están, sino que contribuye en forma de impuestos al presupuesto estatal con una suma considerable, que después se revierte en una mejoría para todos.
Además, el trabajador privado ofrece servicios esenciales que el estado no puede asumir, o lo hace con recursos insuficientes. Pensemos en el transportista privado, o en cafeterías y restaurantes.
Lo ha dicho el Vice Primer Ministro y Titular de Economía y Planificación: no hay unos y otros.
“El trabajo no estatal está incorporado al modelo económico cubano, en los lineamientos del Partido y forma parte de la estrategia económica y social”, aseguró Gil en el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda el 18 de junio de 2021.
Recalcó que no se trata de un proceso de perfeccionamiento improvisado sino que se ha aprovechado la experiencia de más de diez años en ese sector con todas las políticas que se han venido implementando.
- El trabajo privado es para los que trabajan poco…
Otro de los prejuicios es que quienes ejercen el TCP son vagos. Una percepción que parte de meter a todo el mundo en el mismo saco: al cuentapropista, a los que se emplean en actividades ilegales, o a los que no trabajan.
Si bien sería muy difícil medir esto, pues no siempre es cuantificable, la realidad es que todo servicio que se preste con calidad lleva trabajo duro, profesionalidad, y compromiso con lo que se hace, más allá de si se hace en el sector estatal o privado. Trabajar para el cliente, y trabajar bien y mucho es la única garantía de éxito. Así que el trabajador por cuenta propia, sea o no dueño del negocio, es tan sacrificado como cualquier otro, y ante la sociedad debería tener los mismos derechos y deberes.
- El cuentapropista tiene mucho dinero…
Existe también la creencia de que en el cuentapropismo es posible enriquecerse rápidamente. Esto solo es posible si existen ilegalidades en el proceso o si no se pagan impuestos. Si bien hay muchos trabajos privados que pagan mejores salarios en comparación con los salarios del sector estatal, existen muchos tipos de trabajos por cuenta propia, con una amplísima y no descrita claramente multiplicidad de ingresos.
Es un prejuicio asumir que el TCP es “rico”, o que por emprender una actividad privada podrá obtener ingresos extremadamente altos rápidamente.
La realidad es que muchos propietarios de restaurantes, cafeterías, puntos de arreglo de electrodomésticos, entre otros, saben que cuando sacan las cuentas del mes entre los gastos y los ingresos, tienen que acomodar sus presupuestos como un trabajador del sector estatal.
- El cuentapropista no tiene pensión…
El trabajador privado tiene derecho a la pensión tras su jubilación.
Están protegidos en el llamado régimen especial de los trabajadores por cuenta propia, el cual está autofinanciado con la contribución personal que realizan a la seguridad social. Este régimen protege al TCP no solo ante la vejez, sino también ante la invalidez total temporal o permanente y, en caso de muerte a su familia, así como a la trabajadora en ocasión de la maternidad.
Para mayor información, puede consultarse el Decreto-Ley 278 del 2010 que se publicó en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 14 de 7/4/2017. Es del 2010 pero en el 2017 se volvió a publicar por algunas modificaciones que se le hicieron.
Más allá de los mitos
Independientemente de los prejuicios y estereotipos, el TCP crece, avanza y se ha hecho imprescindible para descentralizar el servicio estatal y dinamizar la economía nacional. En la actualidad se desempeñan más de 600 000 personas en todo el país en diferentes actividades permitidas.
Aún restan elementos que deben ser perfeccionados pero, el trabajo privado es ya una de las fuerzas impulsoras más importantes de la economía cubana. ¿Se te ocurre algún otro mito? Cuéntanos!