Más allá de las sanciones o multas legisladas para persuadir a las personas de registrarse y registrar a sus empleados, legalmente existen beneficios de “licenciarse” por cuenta propia.
Para empezar, la licencia ofrece el beneficio de asociarse al sistema Seguridad Social. El esquema en vigor para el trabajador por cuenta propia (TCP) protege de los riesgos de pérdida de ingresos asociados a la vejez, invalidez total, temporal y permanente, y la prestación económica por maternidad. Simultáneamente garantiza la protección a la familia por la muerte del trabajador o trabajadora.
Sin embargo, el sistema vigente no cubre los mismos riesgos que el régimen general, dado que omite la cobertura por enfermedad o accidente, y la prestación social por maternidad, que se recibe luego de cumplidas 18 semanas de licencia y hasta el primer año del bebé. (Esto podría cambiar en los próximos días debido a la actualización de los actores económicos, que incluye una revisión de este la protección que tienen los TCP)
La diferencia entre un régimen y otro está en que la legislación cubana establece que los pagos de las prestaciones de enfermedad y maternidad corren a cargo de un porcentaje de contribución a la Seguridad Social que retienen los empleadores. De ahí que en el TCP, como resultado de que la entidad no tiene personalidad jurídica y por tanto no puede retener legalmente parte de las contribuciones de las personas que emplean, se complejice el pago de estas prestaciones. Es posible, que bajo la regulación adecuada y en la medida que los negocios ganen en personalidad jurídica, esta debilidad desaparezca.
¿Es lo mismo tener una licencia que la afiliación a la Seguridad Social?
Una vez obtenida la licencia de TCP, afiliarse al sistema de Seguridad Social es obligatorio en Cuba, excepto para aquellos que ya estén jubilados, y de esta manera ya estén recibiendo los beneficios de la Seguridad Social.
La legislación actual fija la tasa de contribución en 25% de una escala de base de contribución que oscila entre 350 y 4000 CUP. La persona que se afilia al sistema debe escoger la base y comenzar las contribuciones sobre ese monto mensualmente. Esta base escogida puede ser variada a través de un procedimiento relativamente simple: escribiendo a un correo electrónico a la dirección del Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS): [email protected].
En caso de emplearse en otra forma de propiedad o gestión, la persona puede escoger por cuál régimen contribuir de manera que continúe acumulando los años de contribución (30) necesarios para disfrutar de todos los derechos. Además, y solo para este régimen especial, existe la posibilidad de acogerse a una disposición transitoria, vigente hasta septiembre de 2021, que da la posibilidad de contribuir con carácter retroactivo de modo que puedan recibir mejores pensiones. A este disposición pueden aplicar todas las personas que contaban con 55 años o más, los hombres y 50 y más, las mujeres, al afiliarse al régimen del TCP.
Este pago, que en forma de contribución se realiza a la Seguridad Social, se resta a la base imponible en el momento de elaborar la declaración jurada, a la que luego se aplicará la tasa impositiva recogida en la ley tributaria cubana. Por tanto, contribuir sobre una base mayor significa contar con mayores ingresos pensionales en caso de necesidad, porque convierte impuestos con fines generales en contribuciones para el sistema de Seguridad Social mientras disminuye, al mismo tiempo, el monto final de la base imponible. Es decir, mientras mayor sea tu contribución, será mayor la pensión en el futuro y menor tus impuestos, hasta donde la escala lo permita. Aun así, muchas personas no valoran la importancia de su aporte a la Seguridad Social y la protección y prestaciones que vienen con ella.
Con la obtención de una licencia de TCP también se hace necesaria la aplicación de algún tipo de contabilidad para la actividad en la que se desempeñe. De manera que el sistema contable que es requerido para poder calcular los ingresos con el objetivo de pagar impuestos sobre la actividad, también colabora en la identificación de los riesgos y potencialidades del negocio.
Esto no aplica para las 77 actividades que tributan por el régimen simplificado, dado que la autoridad tributaria nacional asume que su grado de complejidad no es suficiente para generar rentas extraordinarias. Así busca reducir sus costos de monitoreo a partir de utilizar un tributo fijo.
De forma general, aunque precisa de una mayor transparencia, el sistema tributario es una de las fuentes más importantes de nutrición de las políticas sociales activas en Cuba. Por ejemplo, aunque no está el dato preciso solo para el TCP, en diciembre de 2020 las formas de gestión no estatales significaron entre el 14 y el 15 por ciento de los ingresos tributarios al presupuesto.
Por último, la obtención de la licencia permite una relación legal con otros actores, desde una posición de reglas claras. Entre todas estas conexiones se encuentra la recientemente aprobada posibilidad de realizar operaciones de comercio exterior a través de entidades estatales. Es decir, importar y exportar, aunque siempre a través de las entidades autorizadas para ello. No obstante, recientes experiencias indican que los precios que ofrecen esas entidades son excesivos si se comparan con el valor del producto en el país de origen.
Tener una licencia también permite, potencialmente, asociarse con empresas estatales y cooperativas, como parte de una cadena productiva y participar así en procesos de agregación de valor. No obstante, estas transformaciones aún no alcanzan toda su potencialidad, aunque existen experiencias exitosas de alianzas público-privadas en casi todo el país.
En la medida en que se profundice, puede esperarse que el proceso de perfeccionamiento de los actores económicos en Cuba, que traerá también las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYME) de propiedad privada nacional, contribuya a una sinergia mejor entre todas las unidades productivas en el país.
Aunque no se ha publicado aún la norma jurídica que lo hará operante, se conoce que la lista negativa de actividades que se pueden ejercer de forma privada, superará ampliamente la de 127 actividades hoy aprobadas y ahí estará la oportunidad para crear formas superiores de asociación empresarial, por ejemplo, MIPYMES y cooperativas. De modo que, tener una licencia de TCP puede aligerar los trámites y la espera para obtener la personalidad jurídica en la medida que ya se encuentra registrado en el sistema quien se vaya a declarar como MIPYME.
¿Cuáles son las ventajas de declararse como empresa?
En primer lugar, permite deslindar el patrimonio personal del de la sociedad mercantil que ha creado, lo que significa que al constituirse en una persona jurídica quienes fundaron la empresa no tienen que responder con sus bienes personales ante determinadas circunstancias, sino solo con lo aportado a la empresa. Esto quiere decir que en caso de deudas o de quiebre de la empresa, los socios no arriesgan su patrimonio personal, sino solo aquel que sea propiedad de la empresa en su constitución.
Otra posibilidad interesante radica en la capacidad de asociarse a otras empresas, o personas e incrementar el capital social de la empresa. Esto implica mayor transparencia, dado que en la actualidad no pueden formalizar su relación pues solo uno de ellos ejercería como titular de la licencia.
Además, recibir personalidad jurídica viene con un incremento directo de la capacidad de concertación de contratos, ya sea con otras instituciones, o en forma de créditos, de cooperación internacional o a partir de relaciones con una entidad de fomento, esta última aún por nacer en la realidad cubana. De la misma forma, que se reconozcan y regulen adecuadamente este tipo de entidades, también puede contribuir a la ampliación de los derechos laborales para quienes se empleen en ellas, por ejemplo, en cuestiones relacionadas con la protección de derechos laborales: vacaciones, seguridad social, etc.
Más allá de la protección legal que supone no operar “debajo de la mesa” o en “negro” tener una licencia es un ejercicio de responsabilidad, que ofrece derechos y deberes, e integra al sector en la economía nacional como un actor más. En la medida en que crezcan en escala y volumen de producción, las actividades privadas ejercidas legítimamente por los cubanos, seguirán consolidándose en nuestra realidad. Lanzarse hacia su correcta regulación y fomento, garantizar los derechos y deberes de quienes en ellas se emplean, y maximizar su contribución al bienestar social, son las vías para que “licenciarse” pase de ser un castigo a convertirse en una oportunidad.
Nota: Puede que algunas cosas cambien con la aprobación de la nueva regulación de la actualización de los actores económicos, infórmate con nosotros.