El deporte cubano está a punto de modificar el terreno donde jugará uno de sus desafíos más importantes desde que se fundara el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder). Hace par de semanas Raúl Fornés, uno de sus vicepresidentes, dejó entrever que varios estadios, academias y entidades del organismo adoptarían modos de gestión no estatal.
Así se prendió la llama de controversias y especulaciones al más puro estilo de un graderío en postemporada: “Con esto sí rescataremos la pelota”… “Todos ganarán más dinero”… “Ahora todos quieren ser privados, lo de nosotros es de modas…” “Se acabó el socialismo en el deporte”…, en fin, swings al aire de las redes sociales que no hicieron contacto con la bola.
¿Turismo deportivo en Cuba?
Actualmente se discuten las reglas del terreno entre árbitros y directores para no dar pasos en falso y proteger la actividad física como derecho del pueblo. Bien claro lo han dejado los directivos del Inder: no se trata de la privatización del deporte, si no de una transformación en algunas de sus estructuras para lograr mayores ingresos, ser rentables y aligerar las responsabilidades del presupuesto estatal.
El primer experimento en este escenario parece ser un Proyecto de Desarrollo Local en el municipio cabecera de la provincia de Camagüey, al centro-sur del país. Lo que sus organizadores han nombrado Tierra de Campeones, pretende “exportar” servicios en 13 disciplinas deportivas. Esto no es nada nuevo, decenas de especialistas camagüeyanos imparten sus conocimientos en el extranjero, sería traer a la gente a la mata, en lugar de vender los mangos.
Aprovechando que en la ciudad de Camagüey todas las instalaciones y terrenos de primer nivel se han reparado en los últimos tres años, los creadores del proyecto usarán como gancho “haber formado campeones olímpicos y mundiales de boxeo, atletismo, voleibol y lucha. Pretendemos ofertarles a equipos o delegaciones extranjeras servicios de clínicas para árbitros, atletas y entrenadores, bases de entrenamiento e invitaciones a competencias”.
“Para el alojamiento nos encadenaríamos con centros turísticos, hostales y casas de renta y para los servicios de catering con cuentapropistas locales. El paquete también incluye ofertas culturales y de recreación en nuestra comunidad”, comentó José Rivera, coordinador de la iniciativa.
Hoy está casi a punto el estudio de factibilidad económica, pues esperan la aprobación de Tierra de Campeones en el mes de diciembre y el inicio de su operación en enero de 2022. La propuesta ya tiene dispuesto al personal técnico deportivo y espera el concurso de varios negocios privados, que ya se frotan las manos con las utilidades que debe dejar la visita de deportistas escolares, juveniles y mayores de países como México, Argentina, Canadá e Italia, donde los logros deportivos de Cuba resultan bien conocidos.
En Pinar del Río, la provincia más occidental del archipiélago, ya se ha comenzado a reformar el estadio de béisbol Capitán San Luis para crear capacidades de alojamiento con el mayor confort posible. El plan incluye además la instalación de paneles solares en el techo de las gradas para lograr la autosuficiencia con energía limpia.
Ahí esperan acoger torneos internacionales y recibir peloteros de otros lares que quieran prepararse con los famosos entrenadores pinareños y de paso probar el mejor tabaco del mundo.
Entre ellos está José Manuel Cortina, quien a sus 70 años acumula experiencia en varios países y la increíble estadística de haber recuperado el brazo de más de 40 lanzadores cubanos. “Siempre que esas finanzas se traduzcan en mejores condiciones para formar gratuitamente a los talentos de nuestro pueblo, todos estaremos de acuerdo”.
“Decenas de países están interesados en nuestros servicios, me parece genial que vengan hasta acá a recibirlos y de paso se benefician las comunidades donde trabajemos”, reflexionó con ElTCP este sabio que ha entrenado a más de una docena de jugadores que han hecho historia en Grandes Ligas, entre ellos el mítico cerrador panameño Mariano Rivera.
A las puertas del estadio
Y si de estadios se trata, la noticia de que el Latinoamericano podría convertirse en una empresa privada fue una bomba mediática que todavía tiene en vilo a medio país. Ahora la conversión del Coloso del Cerro en una MIPYME está en fase de estudio, aunque es un hecho que tomará ese camino.
Aunque en sus muros ya confluyen algunos negocios particulares, la creación de una pequeña o mediana empresa que lo administre conllevaría una transformación en todos sus locales. La renta de espacios para tiendas de ventas de artículos deportivos, cafeterías y gimnasios sería el primer paso.
El principal sueño es crear una oferta socio-cultural que le haga honor a la reciente declaración del béisbol como patrimonio cultural de la nación. Se abrirían oportunidades para que negocios de instalación de pantallas y luces inteligentes, artistas y promotores contribuyan al espectáculo. Eso sí, según el comisionado nacional de la disciplina, Juan Reinaldo Pérez, los precios de entrada no se alejarán demasiado del bolsillo común, el llamado “de a pie”.
Hasta el momento el primer paso, el de la creación de “academias” para atraer atletas extranjeros, podría ser la oportunidad que estaban esperando grandes figuras de nuestro deporte como el exsaltador matancero Javier Sotomayor o el pelotero espirituano Frederich Cepeda, de invertir en lo que les apasiona. Ambos ya son emprendedores con experiencia en la gastronomía y no verían mal la posibilidad de convertirse en referentes en esta nueva experiencia.
Pues eso, “tcpianos”, al igual que el recordista mundial de salto de altura y el jardinero de los Gallos, analicen las jugadas y entren al terreno antes de que se lance la primera bola, que luego pueden estar ocupadas todas las posiciones. Llegó la oportunidad que muchos soñaron.